jueves, abril 23

Evans Prince

Capitulo I
"La tía Gertrudis"
Parte II
- ¿Ya llegó?
- Aún no, pero mamá dice que esperemos abajo – dijo la pequeña a su hermano mayor cuando éste abrió la puerta de su alcoba ante la llamada de la pequeña.
El chico, delgado y de muy alargada estatura para sus once años de edad, cerró la puerta detrás de sí para seguir a su hermana tomando de la otra mano a la pequeña Jacqueline.
- Creo que será divertido
- Si tú lo dices… - farfulló Tanana con desgana
Los tres pararon ante otra puerta donde Anton golpeó con sus nudillos dos veces al mismo tiempo que él y Tanana, cada uno tomado de una mano de su pequeña hermana, la balanceaban en el aire haciéndole reír a carcajadas.
- ¡! Elliot si no sales ahora te haré comer babosas!! – exclamó Anton al ver que su hermano no salía de la habitación
- Ya voy… - se oyó una voz desganada tras la puerta
- Ota Tanana… kiedo ota!! – exclamaba la niña al ver que el divertido balanceo había sido pausado – más adto, mas aaaadto!!
- Elliot … a la una
- Más aaadto Atón!!
- No soy Atón, soy Anton ¿Cuándo lo dirás bien? … ¡! a las dos!!
- Ashh pod eso… - dijo la pequeña poniendo los ojos en blanco - A-TON ¿vez? ¿vedad que lo ije mien Tanana?
- Muy bien Jacks
- ¡¡Dos y media!!… ¡Es para hoy Elliot!
- Creo que alguien comerá babosas – rió Tanana alzando a Jacqueline en el aire
- ¡¡Dos y tres cuartos!!
- Dos-tes-cuatos… dos-tes-cuatos!!... jijiji Aton es un guitón
- Jajaja ¿dos y siete octavos? – barbulló Tanana
- ¡Caramba! ¿Por qué tanta prisa? – dijo Elliot tras salir a través de la puerta de su alcoba.
El motivo de su demora evidentemente según observaron sus hermanos, había sido por culpa de la corbata que llevaba anudada de una forma grotesca en el cuello y que no dejaba de tocarse.
- Quería fastidiarte
- ¡Vaya una novedad!… ¿ya llegó nuestra odiosa tía?
- Shhh!!... mamá te puede oír – lo chitó su melliza mientras se acercaba a él y le anudaba correctamente la corbata al cuello
- Es que en verdad es odiosa…
- ¿Qué es odosa Tanana?
- Oh… pues una persona que no es agradable Jacqueline
- ¡Aaaah! … ¡etoces Aton odoso!
- ¿odioso yo?
- ¡¡si!!
- Bueno, pues a ver quien juega después contigo a las muñecas
- ¡no!... ¡no cieto!... Aton no odoso
- ¿¡A verdad!?
- Omitiré que dijiste algo sobre muñecas – desaprobó Elliot a su hermano mayor con tono de burla – pero bueno, entonces ¿Qué paso con la tía?
- Nada, aún no ha llegado pero mamá quiere que bajemos para recibirle que no tarda en
- Pues ya que… ¿Dónde está Lehdzay?
- Aquí estoy… - dijo la mayor quien había salido por otra puerta y se reunía con sus hermanos - ¿Por qué hacen tanto escándalo?
- Aton no es un odoso
- ¿ah no? Hubiese apostado a que tenía algo de odioso – contestó la hermana mayor mientras tomaba en brazos a la pequeña
- Hermana, te vez muy bien – musitó sonriente Tanana al ver lo linda que lucía su hermana con un coqueto vestido juvenil color verde menta que le favorecía demasiado
- ¡Muuuuy dinda!
- ¡Se dice Linda!
- ¡Déjala en paz Anton!… Gracias Jacqueline, tu también te vez muy bien
- Mamá me puso la lopa, pedo yo la scogí ¿vedad que me veo mien?
- Realmente bien
La pequeña no hizo más que mostrar una de sus más amplias y encantadoras sonrisas al escuchar los elogios de su hermana mayor.
- ¿Y Andrew?
- Mamá está con el, supongo que bajaran juntos
Estando la mayoría juntos, bajaron al salón de la mansión para esperar la llegada de la tía realmente sin muchos ánimos. No pasaron más de 15 minutos cuando Elliot ya se hallaba preparando una “trampa mortal” para la pobre tía con un par de luces que había logrado rescatar de la amenaza de la paciente madre, mientras que Anton le daba ideas de cuál sería el lugar más adecuado para ponerlas siempre tratando de adivinar los movimientos que ella haría al llegar a la mansión; Lehdzay le enseñaba a la pequeña Jacqueline como ponerse brillo en los labios correctamente frente al espejo que se hallaba sobre una mesita de estar y Tanana se hallaba tan absorta en el jardín mirándolo a través de una ventana de la sala, que no se percató cuando su madre y hermano bajaron.
- ¿Ya están listos todos? – exclamó la madre de los seis niños mientras pasaba la mirada por cada uno de ellos y sonreía al ver lo perfectos que se veían – Me alegro…
- Parecemos muggles…
- Solo serán unos días Anton
- ¿días?... ¡pensé que la tía solo venía de visita!
- Tranquilízate Lehdzay… solo se quedará unas cuantas noches a dormir
- Cuántos... ¿dos… tres?
- Los días que sean… ustedes deberán comportarse como niños buenos – exclamó la señora Evans mientras tomaba a su hija mas pequeña en sus brazos y ésta le besaba la mejilla para dejarle marcados sus pequeños labios una y otra vez en su rostro con el brillo labial que Lehdzay le había puesto
- Mamá, en serio no creerás que soporte tanto tiempo ¿o sí?
- Tengo fe en ti Elliot, sé que harás tu mayor esfuerzo hijo – trató de decirlo con seriedad pero a media frase no pudo evitar esbozar una sonrisa. Los rostros de sus hijos expresaban tal frustración que le causaba ternura.
En ese momento sonó la campana anunciando que alguien se hallaba en la puerta, a lo que un pequeño elfo de rostro afable y bondadoso se apresuró en atender.
- Bien, parece que la tía Gerty ha llegado… Tanana hija deja de mirar por la ventana y ven aquí con tu madre… Elliot déjate esa corbata en paz, ¡está perfecta!... Anton, hijo no le leas la mente a tu tía ni respondas sus preguntas antes de que las formule… Lehdzay, quítale este brillo a Jacqueline que ya se embarró media cara con el, y Andrew… hijo sonríe, quita esa cara de malhumorado, ya verás que Margot aparecerá pronto… ¿listos?
Los niños asintieron, unos rezongando y suspirando al mismo tiempo, y otros trataban de pararse aún más derechos mientras la puerta era abierta y dejaba de ocultar tras ella a la querida tía...
(continuará...)

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