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“aún sin titulo xD”
Capitulo I
“La tía Gertrudis”
Parte I
Capitulo I
“La tía Gertrudis”
Parte I
- Andrew, ¿cuando piensas alistarte?, ya conoces a la tía… y aún estas en pijamas
- Ya voy… ya voy…
- Tu ropa está en tu closet ¿Qué es lo que tanto buscas en ese baúl?
- Nada…
- Si no estas buscando nada ¿Por qué entonces estas…?
- ¡! No estoy buscando nada ¡! – gritó el pequeño a su hermana girándose hacia ella para que viese su rostro exasperado y dejara de molestarlo de una vez por todas. Al comprender esto, la pequeña abrió de nuevo el libro que sus manos sostenían y ofendida, salió por la puerta de la habitación de su hermano ocultando el disgusto que reflejaban sus ojos entre las páginas.
Después de salir de la habitación, la pequeña, sumergida en una aparente lectura, siguió caminando por el largo pasillo que conectaba todas las habitaciones de sus hermanos.
Le encantaba estar con ellos, pero al parecer ninguno estaba de humor. Pero esto siempre pasaba cuando se acercaba una reunión familiar que incluía a la tía Gertrudis, lo cual no era nada extraño. Ya había pasado primero por la habitación de su hermana mayor, a quien la había encontrado frustrada por no saber que ropa ponerse para no ser objeto de criticas nuevamente de la amargada tía lo cual no entendía, puesto que la pequeña nunca dejaba de ufanarse de que su hermana siempre se veía bastante bien con cualquier cosa; Elliot, su hermano mellizo, se hallaba de un humor de perros ya que su madre le había confiscado todos sus artículos de broma y cualquier cosa que pudiese atentar contra la tranquilidad de la dichosa tía; al único que había encontrado con un poco de humor era a su hermano Anton, quien siempre consideraba divertido ver a todos tan estresados y planeaba acciones que atentaran contra el esfuerzo de sus hermanos para comportarse bien induciéndoles a hacer alguna travesura. Anton nunca era una buena ayuda, pero no podía negar que al final siempre era divertido recordar el rostro enfurecido de la tía después de que el causara que Lehdzay se volviese altanera con ella, Elliot le hiciera alguna de sus bromas, Andrew le pegara un buen susto ó que ella misma la abrumara con tantas historias mágicas “aterrorizantes”; La amargada tía siempre les hacía la vida imposible cada vez que los visitaba. ¿Pero que razones tenía para ello?
La respuesta a dicha interrogante todos la sabían; la tía era una Squib, y el ser la única descendiente que había nacido sin dotes mágicos de aquella familia tan mágica y con un linaje tan puro, le había amargado completamente y le había hecho despreciar todo a cuanta magia se refería.
Los padres de los niños, eran de los pocos de la familia que se compadecían de la tía y le soportaban todo su mal genio con tal de verla de vez en cuando y hacerle sentir parte de la familia, puesto que en realidad formaba parte de ella y a la familia, según decían sus padres, nunca se les debía negar el amor y el cariño que les correspondían fuese quien fuese.
- Tanana… ¿ya estas lista corazón?
La pequeña consideraba que no había una voz más dulce en todo el mundo que la de su madre, y apartando la vista del libro, buscó su reflejo en aquellos ojos azules que tanto adoraba. Una guapa señora por quien el pasar de los años no había querido borrar su juventud y su belleza, atravesaba el umbral de la puerta de la habitación de su hija menor a quien le traía de la mano encantadoramente vestida y arreglada.
La pequeña Tanana le sonrió a su madre mientras se paraba derecha y le mostraba su atuendo: un lindo y sencillo vestido color azul celeste, el cual, según le había comentado la tía en una ocasión, le asentaba muy bien puesto que resaltaba el color de sus grises ojos. Su largo y quebrado cabello se lo había dejado suelto arreglado bajo una delgada trenza que rodeaba su cabeza como una corona y que se hallaba sujeta con un lindo broche plateado.
- Te vez preciosa hija – reveló su madre con una sonrisa - ¿pero no crees que te hace falta algo?
La niña, sorprendida por la pregunta, se revisó preocupada de pies a cabeza sin encontrar algo que le faltara…
- Tus zapatos…- volvió a decir su madre con mucha dulzura; fue entonces cuando la pequeña se dio cuenta de que en verdad se hallaba descalza.
Sonrió con picardía a su madre y corrió a su habitación la cual se hallaba justo al lado para ponerse sus zapatillas plateadas y volver junto a su madre para mostrárselas.
- Ahora si estás lista – indico la cariñosa madre - ¿tus hermanos están listos ya?
- Anton y Elliot ya… Lehdzay esta terminando de vestirse y Andrew esta aun en pijama buscando algo como loco
- Bueno… hazte cargo de Jacqueline mientras voy a ayudar a tu hermano y bajen ya al salón para recibir a la tía que no tarda en llegar
- Esta bien mamá…
Tanana tomó la mano de su pequeña hermana y volvió a recorrer el pasillo tocando en su camino las puertas de sus hermanos para que salieran y le acompañaran abajo…
- Ya voy… ya voy…
- Tu ropa está en tu closet ¿Qué es lo que tanto buscas en ese baúl?
- Nada…
- Si no estas buscando nada ¿Por qué entonces estas…?
- ¡! No estoy buscando nada ¡! – gritó el pequeño a su hermana girándose hacia ella para que viese su rostro exasperado y dejara de molestarlo de una vez por todas. Al comprender esto, la pequeña abrió de nuevo el libro que sus manos sostenían y ofendida, salió por la puerta de la habitación de su hermano ocultando el disgusto que reflejaban sus ojos entre las páginas.
Después de salir de la habitación, la pequeña, sumergida en una aparente lectura, siguió caminando por el largo pasillo que conectaba todas las habitaciones de sus hermanos.
Le encantaba estar con ellos, pero al parecer ninguno estaba de humor. Pero esto siempre pasaba cuando se acercaba una reunión familiar que incluía a la tía Gertrudis, lo cual no era nada extraño. Ya había pasado primero por la habitación de su hermana mayor, a quien la había encontrado frustrada por no saber que ropa ponerse para no ser objeto de criticas nuevamente de la amargada tía lo cual no entendía, puesto que la pequeña nunca dejaba de ufanarse de que su hermana siempre se veía bastante bien con cualquier cosa; Elliot, su hermano mellizo, se hallaba de un humor de perros ya que su madre le había confiscado todos sus artículos de broma y cualquier cosa que pudiese atentar contra la tranquilidad de la dichosa tía; al único que había encontrado con un poco de humor era a su hermano Anton, quien siempre consideraba divertido ver a todos tan estresados y planeaba acciones que atentaran contra el esfuerzo de sus hermanos para comportarse bien induciéndoles a hacer alguna travesura. Anton nunca era una buena ayuda, pero no podía negar que al final siempre era divertido recordar el rostro enfurecido de la tía después de que el causara que Lehdzay se volviese altanera con ella, Elliot le hiciera alguna de sus bromas, Andrew le pegara un buen susto ó que ella misma la abrumara con tantas historias mágicas “aterrorizantes”; La amargada tía siempre les hacía la vida imposible cada vez que los visitaba. ¿Pero que razones tenía para ello?
La respuesta a dicha interrogante todos la sabían; la tía era una Squib, y el ser la única descendiente que había nacido sin dotes mágicos de aquella familia tan mágica y con un linaje tan puro, le había amargado completamente y le había hecho despreciar todo a cuanta magia se refería.
Los padres de los niños, eran de los pocos de la familia que se compadecían de la tía y le soportaban todo su mal genio con tal de verla de vez en cuando y hacerle sentir parte de la familia, puesto que en realidad formaba parte de ella y a la familia, según decían sus padres, nunca se les debía negar el amor y el cariño que les correspondían fuese quien fuese.
- Tanana… ¿ya estas lista corazón?
La pequeña consideraba que no había una voz más dulce en todo el mundo que la de su madre, y apartando la vista del libro, buscó su reflejo en aquellos ojos azules que tanto adoraba. Una guapa señora por quien el pasar de los años no había querido borrar su juventud y su belleza, atravesaba el umbral de la puerta de la habitación de su hija menor a quien le traía de la mano encantadoramente vestida y arreglada.
La pequeña Tanana le sonrió a su madre mientras se paraba derecha y le mostraba su atuendo: un lindo y sencillo vestido color azul celeste, el cual, según le había comentado la tía en una ocasión, le asentaba muy bien puesto que resaltaba el color de sus grises ojos. Su largo y quebrado cabello se lo había dejado suelto arreglado bajo una delgada trenza que rodeaba su cabeza como una corona y que se hallaba sujeta con un lindo broche plateado.
- Te vez preciosa hija – reveló su madre con una sonrisa - ¿pero no crees que te hace falta algo?
La niña, sorprendida por la pregunta, se revisó preocupada de pies a cabeza sin encontrar algo que le faltara…
- Tus zapatos…- volvió a decir su madre con mucha dulzura; fue entonces cuando la pequeña se dio cuenta de que en verdad se hallaba descalza.
Sonrió con picardía a su madre y corrió a su habitación la cual se hallaba justo al lado para ponerse sus zapatillas plateadas y volver junto a su madre para mostrárselas.
- Ahora si estás lista – indico la cariñosa madre - ¿tus hermanos están listos ya?
- Anton y Elliot ya… Lehdzay esta terminando de vestirse y Andrew esta aun en pijama buscando algo como loco
- Bueno… hazte cargo de Jacqueline mientras voy a ayudar a tu hermano y bajen ya al salón para recibir a la tía que no tarda en llegar
- Esta bien mamá…
Tanana tomó la mano de su pequeña hermana y volvió a recorrer el pasillo tocando en su camino las puertas de sus hermanos para que salieran y le acompañaran abajo…

hummm no se cm le hice.. pero lo logre jajajaja no preguntn... q sto es xtraño y hey!! ahora si
ResponderEliminarsiempre t eh dixo cuñs q scribes bellisimo y amo cm lo hacs..
hablndo d elo.. yo kiero trcr capitulo de la histora dl .com!!1 yo kieo yo kiero!!! cuñiiis ya t di muxo tiempo!! x3 jeje
m nknta!!! toos.. son.. tan adorabls jiji LOS AMO ^^
jajaja wenas aka psandome!!
ResponderEliminarHsitoria...pues k mal una skib xD Odio a las Nornas, epro bueno, ninguna familia es perfecta xD