miércoles, noviembre 11

¿Volar o caminar?


Tal vez hoy siento el miedo del ayer... Y la incertidumbre del mañana...

Tal vez solo quiero seguir volando en esta inmensidad. No quiero volver atrás, y no se, si llegare aún mas lejos; pero se, que contigo, el viaje puede ser mas sencillo.

Tengo ganas, de parar el tiempo en el instante en que nos entendimos, y nunca dejar de sentir ese brío, fue como un rayo que me hizo despertar para saber que los Ángeles existen porque yo ya conocí uno, no me dejes de abrigar, por favor, destino, cielo, mar, tierra, Dios, y todo a lo que se pueda suplicar… no me dejen de alumbrar no me quiten su calor, permítanme amar, yo solo quiero ser feliz a través de su sonrisa quiero crecer con su mirada...

Pero se que esa luz es inalcanzable, que ese anhelo es aún imposible, que mi ruta no atraviesa sus caminos, solo se queda en la frontera de sus deseos, antes del muro de hierro.

Y es ahí donde nace el miedo, porque, puede ser, que el hierro se funda con el tiempo... pero en cuanto tiempo, estaré todavía ahí para verlo?

Si esta batalla tiene un final feliz estaría dispuesta a morir en ella...

Pero si muero antes, sin ganar, si muero vencida, prefiero seguir mi camino hasta lo desconocido... no quiero mirar al cielo y sentir frío, no quiero ver al norte y no ver a nadie, no quiero quedarme sola en medio del desierto...

Y si mi camino no tiene un lugar fijo, no quiero ser yo quien lo dirija, ya después de este tornado, solo quiero volar y mirar el suelo desde el cielo ya no quiero caminar...

lunes, noviembre 9

De las ruinas del castillo...



Aquel era un Castillo como cualquier otro, pero único como cualquier otro. Dentro de él muchos eran los caminos y habitaciones, parecía que no tuviera fin pues poseía una profundidad como la que posee cada ser, cada persona. Era un bonito Castillo, rodeado de vegetación y un hermoso lago azul del cielo.

Se comentaba algunas cosas de ese sitio, entre ellas: los grabados que tenían los cristales de las ventanas, grabados de infancia y de ilusión que tomaban vida cuando la luz del sol rociaba su brillo sobre ellos. Parecía que danzaban, parecía que soñaban. Cada uno, episodios de tiempos pasados, tesoros que jamás se pierden ni por acción del tiempo.

Todos estos cristales, bellos cristales, rodeaban al Castillo desde lo más alto a lo más bajo. Por lo general, siempre hacía un buen tiempo en ese sitio, aunque como es normal llovía de vez en cuando, pero venía la calma después de la tempestad.

Un día las tormentas se apoderaron del Castillo, truenos y relámpagos, el mal tiempo abundaba, ya el sol no hacía danzar los grabados porque no había sol, no había luz. Gran parte del Castillo se sumergió en sombras. Dentro sólo había silencio aunque de vez en cuando se escuchaba la voz del trueno como un profundo eco, eco que se esparce a través de la nada, porque en eso se había convertido el interior del Castillo: en nada.

Y los cristales se volvieron un muro de piedra, las compuertas y puertas se alzaron cerrándose vertiginosamente, pareciera que ese Universo se hubiese encerrado en sí mismo mientras el caos se apoderaba del entorno.

Fue entonces cuando llamaron a la puerta principal. Dos guerreros salieron a recibir al visitante. Al verlo le saludaron con respeto agachando sus cabezas y miradas, más no cruzaron palabra alguna. El visitante vestía con una hermosa capa Violeta y su porte y presencia inspiraban respeto. Caminó hasta la sala principal y detrás lo siguieron los dos guerreros. Más la sala no era lo que solía ser, ahora estaba en sombras con una luz muy tenue a lo lejos.

- ¿Qué ha pasado acá? -. Preguntó el visitante.


- Creador, su Universo ha sido maltratado, nos golpea la máxima de las tormentas que jamás nos asoló -. Respondió uno de los guerreros, quién llevaba una túnica Azul.


- Ha sido mi culpa -. Continúo el guerrero de túnica Roja.


- ¡No es así! Todos fuimos engañados… -. Replicó el de Azul.


Azul era el guerrero denominado Razón, para él todo tenía una explicación, una verdad y una lógica. El guerrero de Rojo era representación de la Intuición, por ende manejaba sentimientos y emociones. El Creador era quien había construido aquel Castillo, su Universo, su Hogar, su Yo.

- No es momento para buscar responsables, ¿Cuánto es el daño recibido? -. Preguntó entonces el Creador.


- Mírelo por sí mismo Creador…-. Le dijo Razón mientras señalaba una de las puertas.

El Creador se movió hasta la habitación señalada y miró dentro de ella. Aquella era la habitación de Razón, dentro había una gran biblioteca donde se podían encontrar todas las cosas que él había aprendido, los razonamientos, las Reflexiones.

Habitualmente se encontraba todo aquello muy ordenado, ahora todo yacía en el suelo, revuelto, como pensamientos sueltos, sin orden, sin concordancia, sin relevancia. Algunos Pensamientos importantes yacían calcinándose pues se habían vuelto obsoletos, ya no se podía creer en algo que estaba demostrado no era cierto. El Creador miró a Razón y pidió una explicación.

- Toda mi vida creí que la Verdad estaba por encima de cualquier mentira, y que si se era honesto se recibiría lo mismo de las personas. Además, que una mentira no podía ser consistente por mucho tiempo, porque una mentira siempre lleva a la otra y en algún punto se cae, corroboré que no necesariamente aquello es cierto, corroboré que de verdad se puede crear una mentira consistente, y que el hecho de ser honestos no garantiza que los demás lo sean.

Por eso he quemado ideas, conceptos que ahora están errados, porque está demostrado que tales ideas no eran como se habían pensado -. Respondió aquel. El Creador no dijo nada respecto a eso, en su lugar continúo viendo y buscando los daños causados al Castillo. Llegó entonces a la habitación de Intuición.

Intuición manejaba emociones y sentimientos, por lo general siempre se empeñaba en mantener el orden, pero aquella habitación era el Infierno mismo. Todo estaba revuelto, la tristeza imperaba, el dolor se imponía y aquellos como la alegría eran relegados a un rincón profundo y sombrío. Aquel sitio ya no era de Luz, era un cuarto invadido por las sombras.

El Creador se volteó entonces y miró a Intuición como buscando alguna respuesta, pero el guerrero seguía cabizbajo, desde que él había entrado al Castillo no lo vio mirarlo un instante a los ojos. Se sentía el culpable de todo aquel desastre, se decía que si tan sólo hubiese hecho su trabajo aquella nube de sombras no habrían llegado tan lejos, que tenía que haberse dado cuenta… pero no pasó.

El Creador entendió que el sufrimiento de Intuición era inmenso, mucho más que el de Razón, por lo menos Razón sabía que no solamente él era responsable, entendía que había actuado con lógica, y por ello no vio que algo no calzara, pues efectivamente aquel ataque de mentiras era tan perfecto como la Verdad misma. El Creador continúo examinando aquel Castillo, sus golpes y destrozos, la oscuridad en la que se había sumido. Aquel ya no era lo que había sido. De repente se volteó y preguntó.

- ¿Dónde está Corazón? -. Se había extrañado de no verlo aún.


Ambos guerreros se miraron entre sí, fue cuando Razón señaló la habitación al fondo, la más oscura, la más sombría. El Creador se apresuró a llegar al sitio señalado y miró hacía dentro. Allí estaba Corazón tumbado en el piso, agujereado por las dagas que lo habían azotado, adolorido, triste, con un pequeño halo de vida.

La pasividad que había estado en el rostro del Creador fue perturbada, no podía creer que Corazón estuviera tan dañado, se acercó rápidamente y se tumbó de rodillas junto a él.


- ¿Qué te han hecho? -. Le dijo.


Corazón lo miró con ojos tristes. El Creador lo tomó entre sus brazos y lo arrulló.

Razón e Intuición sufrían, ninguno había podido proteger a Corazón y ahora él moría.


- Eres un corazón que amó mucho -. Le decía Creador. - Y que aún es capaz de amar a quien le hirió con tanta fuerza que ni siquiera es necesario el perdón a su ofensor, porque para ti no hay ofensa, y he allí tu halo de vida… el Amor -.


Creador colocó su mano sobre la más grande y profunda de las heridas.

- El Amor dentro de ti será tu cura, porque el Amor es Vida, es lo más fuerte y más sagrado que puede haber. He allí El Magno Poder -.


Mantuvo así su mano sobre aquellas heridas y exclamó:


- La Luz siempre es más poderosa que las sombras, las sombras no tienen poder alguno, no importa cuán grande sea ante nuestros ojos, no tiene poder. Odio y rencor no son remedio y tan sólo traen dolor al dolor.

A las llamas del Fuego Violeta echamos todo lo malo, todo aquello que causó algún daño para que sean transmutados. Bendecimos el bien recibido y seremos justos reconociendo lo bueno que se nos dio. Que las lluvias que han caído de nuestros cielos, de nuestros ojos, rieguen las nuevas flores que mañana verán la luz del día. Que como girasoles volteemos a ver la luz, y como aves en vuelo demos paso a nuevos horizontes, a nuevos tiempos.

Que nuestro dolor resulte ser el crisol que nos dé sabiduría para aprender a vivir al paso de los días. Que el tiempo sea nuestro camino y que junto a él vivamos los procesos que nos corresponda superar. Que cada día sea un día maravilloso, y volemos juntos por este cielo hermoso.

Que aunque nuestra Razón e Intuición nos hayan fallado, sepamos perdonar y perdonarnos, pues nada está dado y nada es predecible ni somos infalibles. Sigamos creyendo y sigamos creando pues mañana es un nuevo día, mañana habrá un nuevo sol y jamás nada puede vencer al Amor…-.

Después de esas palabras, las heridas sangrantes de Corazón cerraron quedando en su lugar apenas cicatrices, cicatrices que le recordarán que amó mucho y que el Amor es más fuerte que cualquier otra cosa.


Razón volvió a su habitación y poco a poco restablecería el orden, aprendería lo necesario y mejoraría lo que ya sabía. Intuición también hizo lo que le correspondía.

Corazón por su parte colocó en un lugar privilegiado los buenos recuerdos de quienes le habían hecho algún daño, y dejó ir lo malo junto al Fuego Violeta. Los cristales convertidos en muros de piedras se revirtieron, y a la mañana siguiente danzaron de nuevo a la luz del sol. Lo que había sido roto fue restablecido en aquel castillo…

Puede que un día nuestra razón e intuición nos fallen y puede que alguien termine dañándonos de alguna manera, pero no por ello dejemos que las culpas y los rencores se apoderen de nuestro corazón pues él es un tesoro.

Tal vez no todos logren verlo, pero lo más importante no es eso, lo más importante es que no dejes de verlo tú. Si nuestro corazón amó mucho, entonces que no deje de hacerlo, que no lo opaque las sombras porque las sombras no tienen poder sobre el amor, el amor que yace en tu corazón… Despierta.

Un minuto...

Un minuto de vida desperdiciado, palabras sobrantes, un año pasado, risas que no brotaron, miradas que no se cruzaron, heridas que no sanaron, amores perdidos, mas de una persona cansada de tanto luchar y aun asi sola...

... un camino extenso y largo, poco tiempo para recorrerlo; una carta sin destino, lagrimas que el mar tocaron...

... nuevos individuos que te provocan emociones; recuerdas las buenas y malas experiencias o si no el miedo a una sola te invade...

... un misterio cada dia, una meta al final de la carrera... tiempo, obstaculos, impedimentos, dolores, tristezas, pasado... libertad; si, libertad, claridad, tranquilidad, heridas por curar, dar lo mejor, encontrar el amor, un beso de una eternidad, futuro...o simplemente nada.

Silencio a Gritos!!

El silencio de la gente se hace ver en sus miradas, es como el cansancio de caminar o el agotamiento de seguir viviendo en un mundo de tinieblas. Cada día observo el caminar de la gente muchas veces caminan sin saber donde van.

Algunas personas disfrutan el día, después de un largo andar lo terminan con sonrisas que salen de la profundidad de sí mismas.

Somos como muchos, pero pocos somos los que terminamos el proceso de nuestro andar, estamos ligados con unas vidas inciertas, pero sin embargo seguimos con una lucha día a día.


Las pausas que nos ofrece la vida son nuestras propias reflexiones, son nuestros sentidos que cada día Dios nos otorga. Sin esa luz que iluminara nuestras almas, seriamos corazones sin esperanzas. Lo que nos da esa gran confianza es la fe, que nos hace mantenernos vivos cada día.

Muchas veces terminamos nosotros mismos con lo que tanto nos costo, muchas veces somos nosotros los culpables de quienes nos rodean sufran con la intranquilidad del llanto; pero entre pocas veces somos nosotros los que hacemos felices a muchos que están faltos de amor.


El tiempo pareciera el latir de nuestro corazón, es como la incesante espera de que avance será porque es el representante de nuestra vida.

Se compara con la espera de los enfermos, no aquella espera es la espera del mañana en que si llegará o ¿no?, están confusos, interrogantes de lo que sucede y muy inquietos de la tranquilidad del momento sólo con el latir de sus corazones los calma y la sonrisa de algún pequeño los alegra.

Y aún así los enfermos son los que más sufren con el tiempo, porque cada día que pasa es como el primero para ellos, nada comienza sino que todo termina con lo que a ellos les pasa.

El sufrimiento les persigue, la enfermedad los agobia y la alegría los calma, el sol lo distinguen solamente cuando alegran sus instantes, con un poco de néctar de cariño, si sólo se le diera un instante de atención a aquel que lo necesitase seriamos un poquito más felices.

Comprender lo que muchos callamos y así poder brindar ayuda a aquel que no se permite expresarse.

lunes, julio 20

Evans Prince

CAPITULO I

"La tía Gertrudis"

III parte




- Con estos recibimientos hasta dan ganas de volver a entrar

La llegada del Sr. Blackwood a la mansión fue inesperada; apenas había cruzado el umbral de la puerta con sus tres pequeñas hijas detrás de él y Grinch ya anunciaba su llegada para gran satisfacción de los seis pequeños Evans que relajaron sus posturas al ver que no se trataba de su tía.

- Reimer querido – saludó la Sra. Evans recibiendo a su gran amigo con un caluroso abrazo – verte aquí es una sorpresa ¿a que le debo tal honor?

- ¡Bah! Solo andaba en el pueblo y no quise dejar pasar la oportunidad de visitarlos, hace tanto tiempo desde la última vez

- Bastante tiempo… debo decir que has sido desconsiderado y egoísta

- Me parece querida Sephire que ambos lo hemos sido – contestó con gesto serio – aún así no quisiera importunar, si no me equivoco este recibimiento no era para mí

- Sin duda, estamos esperando la visita de la tía Gerty… apuesto a que la recuerdas

- Como olvidarla… siempre dije que una banshee se queda corta con ella a un lado

- Le dará gusto verte – dijo la Sra. Evans con picardía

- Si aún no ha olvidado lo que sucedió en Londres la última vez entonces estoy seguro que estará extasiada de verme

Ambos soltaron a reírse y volvieron a abrazarse solo como lo hacen dos grandes amigos después de tanto tiempo sin verse; el Sr. Blackwood lucía un aspecto bastante parecido al de la Sra. Evans. Pareciese que el tiempo no quería pasar por ellos. Conservaban ambos esa jovial sonrisa en el rostro, la cual siempre les caracterizaba. Movimientos gráciles y refinados, además de un peculiar brillo en los ojos que les hacía parecer apenas un par de jovencitos. Nada había cambiado desde que ambos se habían graduado en Hogwarts juntos.

Después de darles la bienvenida al Sr. Blackwood y a sus pequeñas trillizas, las cuales no tardaron en dejar de ocultarse tras las piernas de su padre cuando se sintieron mas en confianza, los niños se dispersaron por todo el salón reanudando sus juegos y actividades incluyendo ahora a sus tres encantadoras visitantes mientras que sus padres conversaban en la sala placenteramente.

- Han llegado como caídos del cielo – comentó Elliot a las pequeñas trillizas cuando se les acercó. Aún trataba de desanudarse la corbata.
- ¿como caídos del cielo? - preguntó Adry confundida

- Es cierto – dijo Tanana – el que ustedes estén aquí hará que la tía Gerty no grite a diestra y siniestra… al menos no tanto – agregó pensativa.

Las tres pequeñas rieron a pesar de que no entendían el verdadero significado de las palabras de los mellizos.
- y porque grita? - preguntó Adri curiosa - ¿le duele algo?
- esa es una buena teoría - rió Elliot - o quizas alguien le hechizó con algún encantamiento que le hace odiosa todo el tiempo
- ... o alguien le pinchó la retaguardia con un alfiler de dolor eterno
- papá dice que cuando una persona grita o esta enojada todo el tiempo, es porque en realidad esta enojada consigo misma - repuso Adri pensativa tratando de citar las palabras de su padre según podía recordarlas
Esa afirmación no pudo producir mas que sorpresa en Tanana, aunque su mellizo al contrario no le tomo tanta importancia. La niña pensó en la posibilidad y se preguntó que tendría tan enojada a la tía por vez primera. Por otro lado, Adri le causó una gran impresión por lo que no pudo evitar separarse de ella desde ese momento. Le acompaño en cada movimiento aunque solo fuese con la mirada.

A pesar de que las hijas del Sr. Blackwood se parecían como tres gotas de agua, cada cual era diferente y no muy difícil de reconocerlas. Sapamy, era un poco mas alta que sus hermanas, además de que su cabello era mas largo, lacio y de un color negro intenso; Adry parecía más atrabancada, sus movimientos eran ágiles y precisos, muy al contrario de Adri, que pareciese que siempre estaba en sueños; era un poco tímida, ya que en cada palabra que decía las mejillas se le llenaban de sangre al sentirse observada, pero esa característica la hacían aún mas dulce de lo que parecía. Eran encantadoras en general.

Aunque anteriormente los niños solo se habían visto una vez, bastaba para que todos se llevaran muy bien y se acoplaran en los juegos de inmediato. Siendo así, Sapamy se unió a los tips de belleza que Lehdzay le daba a la pequeña Jacqueline frente a un espejo, Adry participó con Anton y Elliot en los desafíos que ambos se imponían, y Adri aceptó interpretar a Cenicienta en la narración de Tanana que hacía en voz alta y en la que Andrew tomaba distintos papeles como ratoncillo, calabaza, caballo y príncipe.

- Andrew se supone que es un baile, el príncipe no se enamoró de cenicienta en una batalla bélica de magos contra trols... que es lo que hará cenicienta segun tu... ¿quitarles la mugre? – exclamó la narradora después de que su hermano hubiese hecho varios cambios en la historia

- ¡Los bailes son aburridos!
- Pero así va la historia…
- ¡Pues tu historia da asco!...
- ¡oshh!... de acuerdo – dijo exasperada – Adri ya puedes dejar de bailar, creo que Andrew no… ¿Adri?

La pequeña no dejaba de dar vueltas en su mismo lugar sin dejar de mirar el techo y con sus brazos extendidos hacia ambos lados.

- El techo se hace de un solo color… - exclamó en el segundo que dejó de dar volteretas

Tanana y Andrew se echaron una mirada traviesa y ambos levantaron sus rostros hacia donde Adri miraba. En aquella parte del salón, el techo estaba decorado con una extraordinaria escena con acabados arquitectónicos muy artísticos que se encontraban pintados de distintos colores.

- Vaya es cierto – comentó Tanana al corroborar lo que Adri había dicho segundos después de que ella y su hermano se unieran a la pequeña y se pusieran a dar volteretas de la misma forma.

Minutos después, todos se encontraban dando vueltas. Los primeros en unirse al trío fueron Anton, Elliot y Adry que, curiosos por saber que era lo que hacían se acercaron y quisieron corroborar ellos mismos de que en verdad los colores se confundían en uno solo cuando girabas de aquella manera. La pequeña Jacqueline no necesitó ser curiosa para unirse al grupo, ella solo vio lo divertidos que se veían todos y se les unió sin más preámbulo. Sapamy le siguió, y Lehdzay, aunque al principio hizo la observación de que todos parecían bobos de aquella manera, terminó por unirse.

El timbre de la puerta se escuchó y Grinch entró en el salón anunciando la llegada de la tía Gerty; la Sra. Evans y el Sr. Blackwood se pusieron de pie para darle la bienvenida al mismo tiempo que les pedían a sus hijos que dejasen los juegos por un momento y saludasen a la tía en cuanto entraran.

Pero al momento en que todos pararon, se tambalearon a causa del mareo que las volteretas incitaron provocando que se toparan entre ellos, las paredes y los muebles, derrumbando a su paso un par de mesas, rompiendo uno que otro florero y terminando tumbados en el suelo uno sobre otros.

El Sr. Blackwood y la Sra. Evans reprimieron la risa que les causaba ver la cara de espanto de la tía Gertrudis mientras ésta observaba con ojos como platos cada detalle de la escena. Aquel recibimiento era totalmente opuesto a lo que se había planeado y la Sra. Evans supo desde entonces, que se avecinaba un tedioso sermón que tendría que soportar indudablemente.

- Hola tía Gerty – saludó Elliot quien aún mareado se había levantado del suelo y se había acercado hasta su tía tambaleándose.

Había ensayado durante mas de una hora frente al espejo la forma en como su madre le había enseñado a saludar con una elegante y respetuosa inclinación, y no iba a dejar que tanta dedicación fuera en vano. Por lo tanto, como pudo se puso derecho, acomodó su brazo izquierdo frente a su cintura y se inclinó…
***

- De verdad te pasaste con la tía – masculló Lehdzay reprendiendo al pequeño minutos después – ahora si te pasaste… y lo digo no porque no me de gusto, si no porque ya me imagino las represalias que habrá… ¡y ustedes ya dejen de reírse!

Aún en el suelo, todos los niños se doblaban de la risa mientras que el pequeño Elliot mostraba una risa triunfal…

- No lo podemos evitar Lehdzay… hasta tu te reías hace un momento – dijo Anton
- Es cierto… hasta te salió un ronquido – agregó Andrew provocando mas risas
- Fue tan gracioso… - comentó Adri
- ¡Ediot ochino! – masculló la pequeña Jacqueline
- ¡No soy cochino!... estaba mareado y no pude evitarlo
- Si pero, no tenías porque vomitar en los pies de la tía – exclamó Tanana sin dejar de reírse – solo espera que regrese de lavarse… haz cavado tu propia tumba hermano

Todos dejaron de reírse ante ese último comentario mirando a Elliot con absoluta compasión mientras que éste se dejaba caer en el sofá resoplando y con el semblante preocupado, pero no pasó mas de cinco segundos para que todos volvieran a recordar la expresión de la tía Gerty en el momento en que el pequeño se inclinaba y vomitaba sobre su tía, y volvieran a doblarse de la risa.

lunes, julio 13

¿Donde estará el tiempo mientras este instante muere?



Ese día pasa cada día menos concreto
Me pregunto como calmar el tiempo
Para borrar los recuerdos que marcan una lagrima
Mientras yo…

…sigo

Entre las alas rotas de un ave dormitada
Y mi pecho avanza sin lunas porque soy sol

…Quizás

No duermen velos
Pero mi ego sigue entre un o poco de rocío momentáneo

Tal vez

Como

Nada


Solo piedras que postran senderos callados

Y muero

Sobre políticas anchas
Porque solo un poco de papel blanco
Sonríe mientras el cielo se oscurece
Con tristeza aun

Y mi alma no calla
Despierta soles
Porque yo

Soy solo nada…

miércoles, abril 29

Pensamientos

Teorías por las que se rige cada uno de mis días

(primera parte)


1.- Amistad es de uno.
2.- Ser mujer es lo mejor que me ha pasado en la vida.
3.- Son las nubes quienes hacen el cielo único y diferente cada día.
4.- Con haber aprendido algo en el día, no doy mi tiempo por muerto ni por perdido.
5.- La magía si existe.
6.- Los libros los asemejo con las personas: cada uno me relata una historia extraordinaria y me obsequia un poco mas de sabiduría.
7.- No se puede ser feliz sin probrar la infelicidad y aceptarla en tu vida.
8.- Lo hecho, hecho está...
9.- De grande, quiero ser una niña
10.- Los mejores momentos son aquellos que nunca fueron planeados... y que hasta te avergüenzan.
11.- La soledad no es algo que solo puedas disfrutar sin compañia.
***
Si tienen duda sobre alguna o no entienden el concepto haganmelo saber y con gusto se los explico.

jueves, abril 23

Evans Prince

Capitulo I
"La tía Gertrudis"
Parte II
- ¿Ya llegó?
- Aún no, pero mamá dice que esperemos abajo – dijo la pequeña a su hermano mayor cuando éste abrió la puerta de su alcoba ante la llamada de la pequeña.
El chico, delgado y de muy alargada estatura para sus once años de edad, cerró la puerta detrás de sí para seguir a su hermana tomando de la otra mano a la pequeña Jacqueline.
- Creo que será divertido
- Si tú lo dices… - farfulló Tanana con desgana
Los tres pararon ante otra puerta donde Anton golpeó con sus nudillos dos veces al mismo tiempo que él y Tanana, cada uno tomado de una mano de su pequeña hermana, la balanceaban en el aire haciéndole reír a carcajadas.
- ¡! Elliot si no sales ahora te haré comer babosas!! – exclamó Anton al ver que su hermano no salía de la habitación
- Ya voy… - se oyó una voz desganada tras la puerta
- Ota Tanana… kiedo ota!! – exclamaba la niña al ver que el divertido balanceo había sido pausado – más adto, mas aaaadto!!
- Elliot … a la una
- Más aaadto Atón!!
- No soy Atón, soy Anton ¿Cuándo lo dirás bien? … ¡! a las dos!!
- Ashh pod eso… - dijo la pequeña poniendo los ojos en blanco - A-TON ¿vez? ¿vedad que lo ije mien Tanana?
- Muy bien Jacks
- ¡¡Dos y media!!… ¡Es para hoy Elliot!
- Creo que alguien comerá babosas – rió Tanana alzando a Jacqueline en el aire
- ¡¡Dos y tres cuartos!!
- Dos-tes-cuatos… dos-tes-cuatos!!... jijiji Aton es un guitón
- Jajaja ¿dos y siete octavos? – barbulló Tanana
- ¡Caramba! ¿Por qué tanta prisa? – dijo Elliot tras salir a través de la puerta de su alcoba.
El motivo de su demora evidentemente según observaron sus hermanos, había sido por culpa de la corbata que llevaba anudada de una forma grotesca en el cuello y que no dejaba de tocarse.
- Quería fastidiarte
- ¡Vaya una novedad!… ¿ya llegó nuestra odiosa tía?
- Shhh!!... mamá te puede oír – lo chitó su melliza mientras se acercaba a él y le anudaba correctamente la corbata al cuello
- Es que en verdad es odiosa…
- ¿Qué es odosa Tanana?
- Oh… pues una persona que no es agradable Jacqueline
- ¡Aaaah! … ¡etoces Aton odoso!
- ¿odioso yo?
- ¡¡si!!
- Bueno, pues a ver quien juega después contigo a las muñecas
- ¡no!... ¡no cieto!... Aton no odoso
- ¿¡A verdad!?
- Omitiré que dijiste algo sobre muñecas – desaprobó Elliot a su hermano mayor con tono de burla – pero bueno, entonces ¿Qué paso con la tía?
- Nada, aún no ha llegado pero mamá quiere que bajemos para recibirle que no tarda en
- Pues ya que… ¿Dónde está Lehdzay?
- Aquí estoy… - dijo la mayor quien había salido por otra puerta y se reunía con sus hermanos - ¿Por qué hacen tanto escándalo?
- Aton no es un odoso
- ¿ah no? Hubiese apostado a que tenía algo de odioso – contestó la hermana mayor mientras tomaba en brazos a la pequeña
- Hermana, te vez muy bien – musitó sonriente Tanana al ver lo linda que lucía su hermana con un coqueto vestido juvenil color verde menta que le favorecía demasiado
- ¡Muuuuy dinda!
- ¡Se dice Linda!
- ¡Déjala en paz Anton!… Gracias Jacqueline, tu también te vez muy bien
- Mamá me puso la lopa, pedo yo la scogí ¿vedad que me veo mien?
- Realmente bien
La pequeña no hizo más que mostrar una de sus más amplias y encantadoras sonrisas al escuchar los elogios de su hermana mayor.
- ¿Y Andrew?
- Mamá está con el, supongo que bajaran juntos
Estando la mayoría juntos, bajaron al salón de la mansión para esperar la llegada de la tía realmente sin muchos ánimos. No pasaron más de 15 minutos cuando Elliot ya se hallaba preparando una “trampa mortal” para la pobre tía con un par de luces que había logrado rescatar de la amenaza de la paciente madre, mientras que Anton le daba ideas de cuál sería el lugar más adecuado para ponerlas siempre tratando de adivinar los movimientos que ella haría al llegar a la mansión; Lehdzay le enseñaba a la pequeña Jacqueline como ponerse brillo en los labios correctamente frente al espejo que se hallaba sobre una mesita de estar y Tanana se hallaba tan absorta en el jardín mirándolo a través de una ventana de la sala, que no se percató cuando su madre y hermano bajaron.
- ¿Ya están listos todos? – exclamó la madre de los seis niños mientras pasaba la mirada por cada uno de ellos y sonreía al ver lo perfectos que se veían – Me alegro…
- Parecemos muggles…
- Solo serán unos días Anton
- ¿días?... ¡pensé que la tía solo venía de visita!
- Tranquilízate Lehdzay… solo se quedará unas cuantas noches a dormir
- Cuántos... ¿dos… tres?
- Los días que sean… ustedes deberán comportarse como niños buenos – exclamó la señora Evans mientras tomaba a su hija mas pequeña en sus brazos y ésta le besaba la mejilla para dejarle marcados sus pequeños labios una y otra vez en su rostro con el brillo labial que Lehdzay le había puesto
- Mamá, en serio no creerás que soporte tanto tiempo ¿o sí?
- Tengo fe en ti Elliot, sé que harás tu mayor esfuerzo hijo – trató de decirlo con seriedad pero a media frase no pudo evitar esbozar una sonrisa. Los rostros de sus hijos expresaban tal frustración que le causaba ternura.
En ese momento sonó la campana anunciando que alguien se hallaba en la puerta, a lo que un pequeño elfo de rostro afable y bondadoso se apresuró en atender.
- Bien, parece que la tía Gerty ha llegado… Tanana hija deja de mirar por la ventana y ven aquí con tu madre… Elliot déjate esa corbata en paz, ¡está perfecta!... Anton, hijo no le leas la mente a tu tía ni respondas sus preguntas antes de que las formule… Lehdzay, quítale este brillo a Jacqueline que ya se embarró media cara con el, y Andrew… hijo sonríe, quita esa cara de malhumorado, ya verás que Margot aparecerá pronto… ¿listos?
Los niños asintieron, unos rezongando y suspirando al mismo tiempo, y otros trataban de pararse aún más derechos mientras la puerta era abierta y dejaba de ocultar tras ella a la querida tía...
(continuará...)

domingo, marzo 22

Evans Prince


“aún sin titulo xD”
Capitulo I
“La tía Gertrudis”
Parte I



- Andrew, ¿cuando piensas alistarte?, ya conoces a la tía… y aún estas en pijamas
- Ya voy… ya voy…
- Tu ropa está en tu closet ¿Qué es lo que tanto buscas en ese baúl?
- Nada…
- Si no estas buscando nada ¿Por qué entonces estas…?
- ¡! No estoy buscando nada ¡! – gritó el pequeño a su hermana girándose hacia ella para que viese su rostro exasperado y dejara de molestarlo de una vez por todas. Al comprender esto, la pequeña abrió de nuevo el libro que sus manos sostenían y ofendida, salió por la puerta de la habitación de su hermano ocultando el disgusto que reflejaban sus ojos entre las páginas.

Después de salir de la habitación, la pequeña, sumergida en una aparente lectura, siguió caminando por el largo pasillo que conectaba todas las habitaciones de sus hermanos.

Le encantaba estar con ellos, pero al parecer ninguno estaba de humor. Pero esto siempre pasaba cuando se acercaba una reunión familiar que incluía a la tía Gertrudis, lo cual no era nada extraño. Ya había pasado primero por la habitación de su hermana mayor, a quien la había encontrado frustrada por no saber que ropa ponerse para no ser objeto de criticas nuevamente de la amargada tía lo cual no entendía, puesto que la pequeña nunca dejaba de ufanarse de que su hermana siempre se veía bastante bien con cualquier cosa; Elliot, su hermano mellizo, se hallaba de un humor de perros ya que su madre le había confiscado todos sus artículos de broma y cualquier cosa que pudiese atentar contra la tranquilidad de la dichosa tía; al único que había encontrado con un poco de humor era a su hermano Anton, quien siempre consideraba divertido ver a todos tan estresados y planeaba acciones que atentaran contra el esfuerzo de sus hermanos para comportarse bien induciéndoles a hacer alguna travesura. Anton nunca era una buena ayuda, pero no podía negar que al final siempre era divertido recordar el rostro enfurecido de la tía después de que el causara que Lehdzay se volviese altanera con ella, Elliot le hiciera alguna de sus bromas, Andrew le pegara un buen susto ó que ella misma la abrumara con tantas historias mágicas “aterrorizantes”; La amargada tía siempre les hacía la vida imposible cada vez que los visitaba. ¿Pero que razones tenía para ello?
La respuesta a dicha interrogante todos la sabían; la tía era una Squib, y el ser la única descendiente que había nacido sin dotes mágicos de aquella familia tan mágica y con un linaje tan puro, le había amargado completamente y le había hecho despreciar todo a cuanta magia se refería.

Los padres de los niños, eran de los pocos de la familia que se compadecían de la tía y le soportaban todo su mal genio con tal de verla de vez en cuando y hacerle sentir parte de la familia, puesto que en realidad formaba parte de ella y a la familia, según decían sus padres, nunca se les debía negar el amor y el cariño que les correspondían fuese quien fuese.

- Tanana… ¿ya estas lista corazón?

La pequeña consideraba que no había una voz más dulce en todo el mundo que la de su madre, y apartando la vista del libro, buscó su reflejo en aquellos ojos azules que tanto adoraba. Una guapa señora por quien el pasar de los años no había querido borrar su juventud y su belleza, atravesaba el umbral de la puerta de la habitación de su hija menor a quien le traía de la mano encantadoramente vestida y arreglada.

La pequeña Tanana le sonrió a su madre mientras se paraba derecha y le mostraba su atuendo: un lindo y sencillo vestido color azul celeste, el cual, según le había comentado la tía en una ocasión, le asentaba muy bien puesto que resaltaba el color de sus grises ojos. Su largo y quebrado cabello se lo había dejado suelto arreglado bajo una delgada trenza que rodeaba su cabeza como una corona y que se hallaba sujeta con un lindo broche plateado.

- Te vez preciosa hija – reveló su madre con una sonrisa - ¿pero no crees que te hace falta algo?

La niña, sorprendida por la pregunta, se revisó preocupada de pies a cabeza sin encontrar algo que le faltara…

- Tus zapatos…- volvió a decir su madre con mucha dulzura; fue entonces cuando la pequeña se dio cuenta de que en verdad se hallaba descalza.

Sonrió con picardía a su madre y corrió a su habitación la cual se hallaba justo al lado para ponerse sus zapatillas plateadas y volver junto a su madre para mostrárselas.

- Ahora si estás lista – indico la cariñosa madre - ¿tus hermanos están listos ya?
- Anton y Elliot ya… Lehdzay esta terminando de vestirse y Andrew esta aun en pijama buscando algo como loco
- Bueno… hazte cargo de Jacqueline mientras voy a ayudar a tu hermano y bajen ya al salón para recibir a la tía que no tarda en llegar
- Esta bien mamá…

Tanana tomó la mano de su pequeña hermana y volvió a recorrer el pasillo tocando en su camino las puertas de sus hermanos para que salieran y le acompañaran abajo…

sábado, marzo 14

Esperanza…

Con viento mi Esperanza navegaba; perdonóla el mar, matóla el puerto…

Bienvenidos

Hola, mi nombre es Tanana y quiero que sean cordialmente bienvenidos a mi blog.

Tengo una misión importante que cumplir en este planeta, y espero que este espacio me pueda servir para entender un poco más de la vida que ustedes llevan con el fin de acercarme un poco más a mi propósito.

Inclusive trataré de deleitarlos con alguna que otra historia de mis propias manos mientras logro descifrar los secretos de sus corazones para que no se aburran tanto. Comprendan que soy principiante...

Bien, hasta aquí mi bienvenida...